Después de varios años de lanzamientos en su mayoría mediocres (Desde la segunda mitad de los 90’s -exceptuando algunos de bandas como Bewitched, Dominus Xul y Totten Korps por señalar algunos), la escena chilena finalmente ha regresado a su status soberano de fines de los 80’s y comienzos de los 90’s, con bandas como Unassprechlichen Kulten, Thornafire, Melektaus, Diabolical Messiah, etc… Esta nueva década la escena ha mejorado sustancialmente, con muchos ejemplos de alta calidad, donde el profesionalismo es una de las características principales, por nombrar algunos tenemos a Demonic Rage, Putrid Evocation, Istengoat, Invincible Force entre otros, que han mostrado al mundo el salvajismo en metal extremo de estas australes tierras.
En esta ocasión nos concentraremos en Istengoat, cuarteto que nos ha impresionado desde sus comienzos, ya que con su promo MMXII, también lanzado por Apocalyptic, ahora nos traen su álbum debut, en el cual nos muestran una gran progresión, con una de las mejores propuestas de extreme Death Metal que ha liberado la escena chilena en años.
Con ocho himnos de un Death Metal a media velocidad muy en la tradición americana, sin llegar a ser meros copiones, ya que encontramos elementos de su propia cosecha, mezclados con elementos de la vieja escuela chilena como Totten Korps y Dominus Xul, nada raro, si figuran ex miembros de esta legendaria banda en sus filas.
La voz como imaginan es gutural, arrastrada muy en la vena de John McEntee y Ross Dolan, también vemos elementos más experimentales sin perder la senda de la brutalidad, lo cual condimenta más favorablemente esta gran producción, la cual ha sido bendecida (o maldita) con un sonido poderoso y claro, cortesía de Lord Warisnake y los Etagord Studios. Otras influencias que se pueden percibir y han sido manejadas de forma precisa son las de bandas como Angelcorpse, el viejo Morbid Angel, el viejo Vader y Deicide en sus comienzos.
Con esta placa Istengoat ha demostrado que están para cosas grandes, tomar el mundo y sumirlo en la oscuridad. Espero ver pronto este registro en formato vinílico, ya que lo merece.
Rodrigo Jiménez